Retour à la Caverne: el arte a través del tiempo
Retour à la Caverne es una obra multidisciplinaria que tuvo lugar en el corazón de París durante los meses de septiembre a noviembre de 2023. Entre monumentos, arquitectura y la energía de una ciudad que respira arte, se encuentra el Palacio Garnier, también conocido como la Ópera de París, uno de los edificios más representativos de la capital francesa.
Napoleón III ordenó su construcción en 1861 al arquitecto Charles Garnier y fue inaugurado en 1875. Este templo de la danza y la música, testigo de innumerables historias, experimentó una transformación cuando el gobierno local solicitó la colaboración de JR (1983) para cubrir las obras de mejora que se hacían en dicho edificio. Esta metamorfosis fue presidida por el artista y fotógrafo francés, reconocido por invitar a los espectadores a ser parte activa en sus obras y por sus proyectos artísticos en sitios emblemáticos como el Museo del Louvre, la explanada del Trocadero en París, el Palacio Farnese en Roma y el Palacio Strozzi en Florencia.
Esta pieza se convirtió en un homenaje a la luz y la oscuridad, un viaje que invitaba a reflexionar a través del arte sobre la complejidad de la existencia humana. Nos hace parte de un viaje en el tiempo, desde la alegoría de la cueva de Platón hasta la ópera en las cuevas, el teatro en la antigua Grecia y la construcción misma de este edificio, culminando en un tributo a través del arte al momento de su transformación en 2023.
Dividida en dos actos, Retour à la Cavern sumergió al espectador en un viaje a través del tiempo. El primer acto transportó a la audiencia a una época ancestral al transformar los andamios del Palais Garnier en una enorme cueva, que evocaba la fragilidad de la historia y eternidad del arte.
Un paisaje que recordaba al teatro griego antiguo, la conexión con la naturaleza a través de las rocas y la alusión a la alegoría de la caverna de Platón fueron elementos que ayudaron a otorgar una profundidad filosófica a la obra, e invitaron a reflexionar sobre la búsqueda de la verdad y la luz, en medio de un mundo lleno de oscuridad. Además, permitió ver la sinergia de la historia, arquitectura, espectadores y la ciudad, con el arte, y se complementó con óperas que se presentaron en la instalación de JR, que añadieron una dimensión aún más profunda a la experiencia.
El segundo acto fue testigo de la colaboración humana y la creatividad, ya que todos los elementos arquitectónicos del acto I desaparecieron y la obra se convirtió en un lienzo para cientos de manos que fueron recolectadas en talleres de bordado llamados mano habilis, donde las personas participaron creando impresiones de sus manos. Este homenaje al arte rupestre simbolizaba la unidad de la humanidad en esa constante búsqueda conjunta de la verdad, la belleza y la luz.
Para finalizar, como segunda parte de este acto, la entrada a la cueva funcionó como un telón, donde JR en colaboración con Damien Jalet en la coreografía, Thomas Bangalter como artista sonoro y Chanel a cargo del diseño de vestuario, estrenaron su espectáculo multidisciplinario llamado Chiroptera, una presentación en vivo que tuvo la presencia de 500 espectadores, con una duración de 20 minutos. Se inició con la participación de Amadine Abisson (directora de la Ópera de París), danzando como solista y cerrando el acto con el performance de 153 bailarines sobre los andamios de la obra, creó una fusión perfecta entre la danza, la música y el arte, y transportó al público a un mundo donde los límites del pasado y el presente desaparecían.
Fotografías recuperadas de la pagina web de JR.